Galletas de Arándanos

Hoy tocan galletas de arándanos con chips de chocolate.
¡Este es el mes de las cookies!... mentira, es que me apetecía hacerlas y son muy fáciles.
Además debo añadir que mañana llega visita a casa, una amiga mexicana a la que no vemos desde hace años, muchos años. Viene a pasar con nosotros un mes, incluida las navidades y fin de año (¡bien!), y he pensado que sería genial recibirla con unas galletitas. Esta tarde sigue la sesión de horneo, pero mientras tanto adelanto lo que sí está hecho.

Os dejo con la receta. Recordad que lo que no va en negro es modificación mía. ¡Buen provecho!

Ingredientes

• 225 g de mantequilla blanda
• 140 g de azúcar extrafino moreno (utilicé 70 g de azúcar moreno y 70 g de azúcar Demerara)
• 1 yema de huevo ligeramente batida
• 2 cucharaditas de zumo de naranja
• 1 cucharadita de extracto de vainilla
• 280 g de harina
• 55 g de arándanos rojos frescos o secos
• 55 g de arándanos azules frescos o secos
• 25 g de pepitas de chocolate blanco (puse a mi gusto y usé chips de chocolate negro)
• Sal

Preparación

• Precalentamos el horno a 190 ºC y forramos dos bandejas con papel para hornear.
• Ponemos la mantequilla y el azúcar en un bol y mezclamos bien con una cuchara de madera. Después, vamos incorporando la yema, el zumo de naranja y el extracto de vainilla mientras lo batimos. 
• Tamizamos la harina y una pizca de sal sobre la mezcla. Lo removemos bien hasta que no queden grumos.
• Añadimos los arándanos rojos y azules, los chips de chocolate, y removemos bien.
• Tomamos porciones de la masa con una cuchara y la colocamos en las bandejas que hemos preparado, dejando un poco de distancia entre ellas (yo me ayudé de las manos, porque los arándanos se separaban de la masa).
• Hornearemos las galletas entre 10 y 15 minutos, hasta que queden ligeramente doradas. Una vez fuera del horno, las dejamos de 5 a 10 minutos en las bandejas para que se enfríen y, con la ayuda de una espátula, las colocamos sobre una rejilla hasta que estén totalmente frías.

** Las galletas las guardé en una caja donde venían platos de Guillo Pérez, conocido pintor dominicano.